Cartas de un asesino insignificante
"Estimada senorita. Voy a matarla y usted lo sabe, asi que me asombra su silencio. La flor del almendro ya destella de blancura en las ramas, pero no advierto la flor de sus cartas en el muro. Eso no es lo convenido. Yo me tomo en serio mi papel de verdugo: haga lo mismo con el suyo de victima. La sugiero, por ejemplo, que se vuelva romantica."