La Habana para un infante difunto
"Esta novela comienza como una memoria infantil y termina como una fantasmagoria del sexo. Si el autor pudo declarar que Tres Tristes Tigres, su libro mas celebre, era una galeria de voces, ahora puede decir que esta novela es un museo de mujeres, con el narrador de guia completando cada boceto, detallando cada dibujo, exhibiendo cada cuadro carnal hasta hacerlos tableaux vivants."
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Guillermo Suarez@guillermo