Sueños de perro
Sebastián Mareco se entera por televisión de que en un vecindario de mala muerte han asesinado a un viejo amigo, el Chivo Robirosa. El Chivo había sido un gran jugador de rugby y había compartido con lo más alto de la sociedad argentina, sin embargo, ha acabado muriendo asesinado como un perro en una inmunda habitación subalquilada Por su vida circularon todo tipo de personajes, desde los que lo amaron hasta los que se aprovecharon de cada uno de sus gestos. Su amigo Sebastián, un taxista divorciado desencantado de la vida, recibe de su amigo muerto una carta escrita poco antes de su asesinato y decide investigar. Y a pesar de que la investigación va volviéndose cada vez más peligrosa, Mareco sigue adelante porque, en el fondo, para él es una forma de huir de la desesperanza y de enfrentarse al fin a sus propios fantasmas.