La Mujer Madonna Una ambición inquebrantable
La cantante, intérprete y actriz Madonna Louise Veronica Ciccone nació en Bay City, Michigan, el 16 de agosto de 1958, de Silvio "Tony" Ciccone y Madonna Fortin. Tony, hijo de inmigrantes italianos, fue el primero de su familia en ir a la universidad, donde se licenció en ingeniería. La madre de Madonna, técnica de rayos X y ex bailarina, era de origen franco-canadiense. Después de su matrimonio en 1955, la pareja se trasladó a Pontiac, Michigan, para acercarse al trabajo de Tony como ingeniero de defensa. Madonna nació tres años después, durante una visita familiar a Bay City. Tercera en una familia de seis hijos, Madonna aprendió muy pronto a desempeñar su papel de intermediaria, admitiendo que era "la gallina de la familia" que a menudo utilizaba sus trucos femeninos para lograr sus objetivos. La estricta observación de la fe católica por parte de sus padres jugó un papel importante en la infancia de Madonna: "Mi madre era una fanática religiosa", explica Madonna, "Siempre hubo sacerdotes y monjas en mi casa cuando yo era niña". Muchos elementos de la iconografía católica, incluyendo las estatuas del Sagrado Corazón de su madre, los hábitos de las monjas en su escuela primaria católica y el altar donde ella y su familia rezaban diariamente, se convirtieron más tarde en el tema de las obras más controvertidas de Madonna. Otra influencia importante en los primeros años de vida de Madonna fue su madre, a quien le diagnosticaron cáncer de mama durante su embarazo con la hermana menor de Madonna. El tratamiento tuvo que retrasarse hasta que el bebé llegara a la edad adulta, pero para entonces la enfermedad se había vuelto demasiado grave. El 1 de diciembre de 1963, a la edad de 30 años, murió la madre de Madonna. Madonna tenía sólo cinco años en el momento de la muerte de su madre, y la pérdida de su madre afectó enormemente su adolescencia. Atormentada por los recuerdos de la fragilidad y el comportamiento pasivo de su madre en sus últimos días, Madonna estaba decidida a hacer oír su propia voz. "Creo que la razón principal por la que pude expresarme y no sentirme intimidada fue porque no tenía madre", dice. "Por ejemplo, las madres te enseñan buenos modales. Y no he aprendido absolutamente nada de estas reglas y regulaciones."