Yo leo, tú lees, él lee ... libros para todos
Yo leo, tú lees, él lee... es una guía para poder seleccionar libros por diversos grupos de edades. Es, por tanto, una guía para que los mediadores entre los libros y los niños (madres y padres, bibliotecarios, maestros, animadores) elijan lo que deseen, o lo que consideren más oportuno, en cada momento. Yo leo, tú lees, él lee... incluye libros para leer (a solas o en voz alta), libros para imaginar, para viajar, para soñar o, sencillamente, para jugar. En Yo leo, tú lees, él lee... se encontrarán libros para comprar, para compartir, para regalar, para recomendar, para sugerir o para prestar. En Yo leo, tú lees, él lee... aparecen libros de diversos formatos y tamaños, libros con más o menos ilustraciones, libros a todo color y en blanco y negro, libros de todos los precios. Algunos de ellos no se podrán adquirir ya en las librerías, pero, por su especial interés, hemos querido incluirlos, porque pueden ser consultados en diversas bibliotecas españolas. Quienes trabajamos en el Centro de Estudios de Promoción de la Lectura y Literatura Infantil (CEPLI) creemos firmemente en la tarea de los mediadores para la creación y consolidación de hábitos lectores en la población infantil y juvenil, porque para la creación de dichos hábitos es esencial provocar en el niño el ejercicio de la mímesis: ver leer en casa, ver leer en la escuela, ver leer en la tele,... La capacidad para el ejercicio mimético de los niños es instintiva, ya que observan e intentan reproducir no sólo aspectos exteriores de lo que ven, sino también hábitos, prejuicios y modelos de conducta. El niño cree y confía, en gran medida, en lo que creen y confían los adultos de su entorno; ese es uno de los motivos por los que es muy importante leerles y contarles cuentos, versos e historias desde muy pequeños; un poco más tarde, es también importante compartir lecturas, leer juntos, ver libros en la casa, fomentar hábitos de consulta y compra de libros, facilitar el acceso a los puntos de información y venta, y, sobre todo, no imponer la lectura ni como una obligación ni, mucho menos, como un castigo. En el ámbito de la familia, la relación del niño con la lectura pasa por tres fases sucesivas: en la primera, el niño no lee, sino que son los adultos quienes le leen en voz alta o le ayudan a leer libros de imágenes; en la segunda, el niño, que ya está aprendiendo los mecanismos básicos del proceso lector, lee junto al adulto; y, en la tercera, el niño que ya sabe leer, lee solo. En cualquier caso, sugerimos que se consulte esa especie de decálogo del Cuadro que incluimos al final de esta presentación, en el que indicamos algunas cosas fundamentales para crear hábitos lectores en el contexto familiar. Entendemos que es muy importante que el mediador disponga de ciertas informaciones que le ayuden a seleccionar los libros más atractivos, o interesantes, o asequibles, para cada edad. Por ese motivo, esta amplia lista se estructura en seis grandes grupos: el primero de ellos es el que corresponde a los Primeros lectores, el momento en que la mediación del adulto es más decisiva, y en que tanto la palabra oída como las imágenes tienen un gran protagonismo. Los tres grupos siguientes (A partir de 7 años, A partir de 9 años y A partir de 12 años) nos llevarán, progresivamente, al momento en que llega la normalización de los textos literarios, es decir A partir de 14 años. Finalmente, incluimos un bloque Para mediadores, en el que se podrán encontrar libros de fundamentos teóricos, antologías especiales o ediciones de clásicos infantiles que, por sus especiales características, no están pensadas para el uso directo por parte de los niños, sino para que les lleguen a través del propio mediador. Los criterios que hemos seguido para realizar esta división aparecen explicados en el artículo de Pedro C. Cerrillo (Qué leer y en qué momento, en Hábitos lectores y animación a la lectura. Cuenca. Ediciones de la UCLM, 1996, pp. 47 a 58). Quienes deseen formar una pequeña biblioteca familiar, o iniciar una biblioteca escolar, podrán encontrar aquí mil y una propuestas de contrastado interés. Hemos puesto especial cuidado en los dos primeros grupos de edades, ya que son momentos en que la mediación del adulto, a que antes nos referimos, va más allá de la mera intermediación en la selección del libro: en esas edades es esencial que el adulto lea libros y cuente historias a los pequeños lectores, iniciando así un proceso de creación de hábitos lectores que, luego, va a ser decisivo para la consolidación del niño como lector autónomo.