Si nadie habla de las cosas que importan
Una calle cualquiera de una ciudad del norte de Inglaterra el último domingo de verano. Las escenas se suceden como si fuesen polaroids pegadas sobre una cartulina: estudiantes que hacen las maletas sin saber qué les depara el futuro; niños que entran y salen corriendo de sus casas; jóvenes que empiezan a despertar tras pasar la noche de fiesta; un hombre que pinta de azul pálido las ventanas de su casa; un matrimonio que se encierra en su dormitorio para hacer el amor; una pareja de ancianos que se prepara para celebrar su aniversario... Es un día como otros, en el que todo transcurre con tranquilidad hasta que se produce un terrible accidente. Un suceso tan repentino como si en la cara de los vecinos hubiese estallado el flash de una cámara. Tres años más tarde, una joven recuerda lo sucedido, y la difícil situación en que se encuentra está íntimamente relacionada con aquel accidente del pasado. El azar pone en sus manos una caja con las fotografías que un vecino tomó obsesivamente de ella y de los habitantes de la calle. En esas imágenes, lo que parecía cotidiano resulta ser extraordinario. La joven descubre que las cosas realmente importantes, aquellas de las que nadie habla, pesan sobre su presente igual que marcaron su pasado. Con una mirada omnisciente sobre los seres anónimos que habitan la ciudad, Jon McGregor seleccionado para el premio Booker con tan sólo veintiséis años, el candidato más joven hasta la fecha funde lo ordinario con lo extraordinario en una novela cuya tensión y suspense no dejan de incrementarse hasta culminar con una sorpresa que aguarda al lector en la última página.